miércoles, mayo 10, 2006

Cincel


“Desde los más remotos tiempos, una de las herramientas principales de los canteros ha sido el cincel”, decía la sabia maestra Elhe, encargada de instruir a los aprendices mientras me entregaba una varilla de acero con uno de sus extremos aplastados y afilado, “se utiliza para desprender pequeños fragmentos de la piedra que se desea desbastar; lo primero que aprende un cantero era como utilizar un cincel para desbastar una piedra bruta, para dejarla lisa y darle forma de un cubo perfecto que es utilizado para la construcción de la obra. Aprende su uso, averigua su significado y aprende a usarlo”.
El sabio maestro Carepe, que aunque era responsable de la instrucción de los compañeros canteros más avanzados por alguna razón que desconozco me tenía un especial afecto, me dijo: “al igual que todas las demás herramientas, el cincel de del cantero es el mejor cincel que existe, porque el cantero sabe que no importa el tamaño, sino la forma en que se usa; un buen cantero utiliza su cincel mejor que cualquier otro obrero, sabe sacarle mayor provecho, sabe como lograr mejores resultados con el menor esfuerzo”.
Tomé el cincel y me acomodé frente a la piedra, ¿qué tanto problema podría ser? apoyo el filo del cincel sobre la piedra y lo goleo con el martillo, cosa simple… Tomo mi cincel con la mano izquierda, lo apoyo en la piedra y con el martillo en la derecha descargo el primer golpe… el cincel resbala sin hacer mella, prensa mi pulgar contra la piedra, grito, aflojo la mano y el cincel sale disparado… y choca con una piedra que se encontraba varios metros al frente, justo delante de los pies del sabio maestro Jaloal, menos mal que no dio un paso o le atravesaba el tobillo.
Calmadamente, el sabio maestro Jaloal, levantó el cincel, miró alrededor y me vio con el martillo en la mano derecha, el pulgar izquierdo en la boca y mirada de estupefacción, concluyó que o había sido el que perdió su cincel. Con paso lento, el sabio maestro Jaloal se acercó y me dijo: “lo que ocurre es que pusiste muy inclinado el cincel, si el ángulo es muy pronunciado, la fuerza del golpe se pierde en el cincel mismo y no desbasta la piedra, prueba poniéndolo más vertical”, dicho esto me entregó el cincel y prudentemente se paró detrás de mi hombro izquiedo; mucho tiempo después comprendí que ese era el sitio más seguro.
Puse el cincel e posición casi vertical, esperé un instante y como no me corrigió, tomépuntería, aspiré profundo, contuve la respiración y descargué el golpe de martillo… El cincel vibró tan fuerte que tuve que soltarlo, el martillo rebotó tanto que casi escapa de mi mano… escuché la pausad voz del del sabio maestro Jaloal que me decía: “no puedes poner muy vertical el cincel, no se trata de clavarlo, no es un clavo; la energía del golpe hace que vibre el cincel y casi no se aprovecha, mira la piedra, casi no lo sintió; y en el peor de los casos puedes romperla…” sintiendo coraje pensaba ¿y por qué no me lo dijiste antes de que golpeara? ¿no me podías corregir la posición y horrarme el susto? y como si yo hubiera pensado en voz alta o él hubiese leido mis pensamientos dijo: “no telo dije antes porque es importante que adquieras experiencia, cuando se quiere aprender los errores son tanto o más importantes que los aciertos, se aprende más de los fracasos que de los éxitos”. “Ahora inténtalo en ángulos intermedios hasta que encuentres la forma correcta de poner el cincel”, dijo y se alejó calmadamente.
Estaba aprendiendo rápido, usaba bien el cincel, desprendía fragmentos de piedra de tamaño respetable y sólo me detenía para secarme el sudor y descansar de vez en vez, cuando pasó cerca de mí e brillante maestro Sico, se detuvo a mirar mi trabajo por lo que me esforcé en demostrar lo rápido que podía desprender grandes fragmentos de piedra; seguió mirando hasta, que contra mi deseo, tuve que detenenerme a tomar aire por el cansancio y hasta entonces, en su particular y docto estilo, dijo: “fíjate muy bien en lo que te voy a decir, para lograr un máximo de resultados con un mínimo de esfuerzo debes desprender pedazos pequeños en cada golpe, con eso te cansas menos y en el mismo tiempo logras más”; y yo que estaba tratando de impresionarlo; “ah, una cosa más, tu cincel ya no tiene filo, mantenerlo afilado es muy importante” y dico esto se alejó.
Estuve practicando cuidadosamente hasta que aprendí a usar el cincel de manera tal que parecía la cosa más fácil del mundo, utilizaba el ánglo correcto, lo golpeaba con la fuerza necesaria, no más, no menos, lo mantenía bien afilado, desbastaba la piedra en pequeños trozos… y entonces me acordé, la sabia maestra Elhe, encargada de la instrucción de los aprendices me había encargado que averiguara su significado; ¿cuál sería el significado del cincel?
Reflexionaba sobre el posible significado del cincel mientras trabajaba desbastando una piedra cuando pasó cerca de mí el sabio maestro Fiarsadú, famoso en toda la región y más allá porsu particular habilidad de mencionar siempre la otra cara de la moneda, se detuvo a mirarme y antes de que pudiese hablar le disparé la pregunta: sabio maestro ¿cuál es el significado moral del cincel? Me miró con detenimiento, lentamente tomó aire y respondió: “Para nosotros, los canteros, el cincel representa el raciocinio, el intelecto, la inteligencia; que es la principal herramienta para irnos formando a nosotros mismos como lo que debemos ser, para convertir la piedra bruta que somos en piedras cúbicas perfectas cuidadosamente trabajadas, con ángulos perfectamente rectos, con sus aristas totalmente rectas, con sus caras totalmente planas, en suma, que sean totalmente útiles para la obra. Claro, todo tiene sentido.
Pasó el tiempo y logré que los sabios maestros me llevaran, en calidad de ayudante, a un importante trabajo a las lejanas tierras del altiplano donde se reunirían con otros sabios maestros de todos los rincones de la tierra para discutir cosas importantes y decidir los destinos de la institución, en este viaje conocí a otros sabios maestros, hoy me voy a referir a uno de ellos.
El sabio maestro Rogaro tenía fama de ser el que mejor utilizaba el cincel en las lejanas tierras de la costa occidental, era inesperadamente joven para su alta investidura y se decía que su egendaria habilidad en el uso del cincel lo había llevado a ascender muy rápido en la Institución, de él apredí algunas de las mejores técnicas de cincel.
El sabio maestro Rogaro estuvo observando mi forma de trabajar la piedra, luego se acercó y empezó a examinarme; él preguntaba y yo respondía, respondía lo mejor y más rápido posible, no podía permitir que mi escases de habilidad y experiencia dejaran mala impresión de mis maestros; todo marchaba bien hasta que el el sabio maestro Rogaro preguntó ¿y cuál es el significado moral del filo del cindcel?
Tragué seco, entonces me dí cuenta de que no había terminado mi tarea; se me había dicho que averiguara el sentido del cincel y de su filo, nunca hice esa parte. Viendo mi expresión de pánico, el sabio maestro Rogaro se apiadó de mí y me tranquilizó: “no todos hacen la tarea completa, siempre se olvida algún detalle, es por eso que en todo momento todos nos tenemos que estar examinando, permanentemente, sin dejar lugar al error”… escuchado esto respiré aliviado, pero el sabio maestro Rogaro no se detuvo ahí sino que procedió a instruirme: El filo del cincel es el método, el método de razonamiento, el método científico, la lógica dialéctica con que podemos ir eliminando todas las imperfecciones que se presentan en la superficie de la piedra. El aprendiz de cantero aprende a afilar su cincel y a la vez, aprende a afilar su intelecto, asimilando el método científico hasta hacerlo parte integral de su mecanismo de razonamiento, de manera tan eficiente que no hay imperfección de la piedra que pueda resistir su ataque.
Así como es importante afilar el cincel periódicamente, periódicamente tambén hay que revisar nuestro método, porque, así como si bien no pierde su eficiencia, nosotros si perdemos apego al método por una utilización un tanto impropia, por una simplificación, por vicios adquiridos previamente o por cierta tendencia a transigir con creencias o dogmas ajenos.
El otro aspecto importante es el de golpear el cincel con el ritmo adecuado, es decir, de manera permanente, sin detenerse , es decir, debemos razonar siempre sin tregua, todo debe ser sometido el escrutinio de la razón, permanentemente, sin descanso; de lo contrario corremos el riesgo de permitir que una falacia anide en nuestro bagaje intelectual convirtiéndose en una imperfección en nuestra piedra cúbica, como un cantero chambón que deja imperfecciones en su trabajo, que no nos pase esto y podemos convertirnos en los mejores del mundo. Seremos capaces de construir la más grande de las obras
Dicho esto se alejó dejándome hundido en un mar de ideas, de complejos concets que tardaría muchos años en asimilar y que serían mucho más difíciles de llevar realmente a la práctica, pero alimentaba la esperanza de que en el momento que lograra hacerlo podría ser realmente un buen cantero; podría ser un cantero que realmente utilizara bien su cincel.
Después de dos pasos, el sabio maestro Rogaro giró, me vió, mró las herramientas que estaba utilizando, me clavó los ojos y dijo “pero usa la regla, o tu piedra nunca va a estar realmente bien trabajada”.

“El respeto al derecho ajeno es la paz”
I:. y P:. H:. Benito Pablo Juárez García

Es cuanto

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Muy interesante.
¿Conoces algo del Pasillo Verde y el Parque Tierno Galván, en Madrid?

http://rockdelgo.blogspot.com/2008/09/se-abre-el-teln.html

Un saludo

4:42 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

geotorelxzp loan consolidation
debt consolidation

8:40 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home